¿Qué pasa cuando uno duerme pero no descansa?
¿Qué pasa cuando uno duerme pero no descansa?
Esta pregunta es terriblemente frecuente entre la población española. Muchas personas se levantan muy cansadas y arrastran una pesada somnolencia durante el día a pesar de haber dormido las horas necesarias (o más). Incluso, puede que no hayan tenido problemas para dormir, pero notan que su sueño no ha sido reparador.
Ese "duermo pero no descanso" no es algo arbitrario, puede tener un nombre, unas causas y unas consecuencias muy marcadas. La posible causa: hipersomnia.
Aunque ponerle nombre a las cosas que nos pasan puede darnos una sensación de falsa tranquilidad, lo cierto es que la incertidumbre y los problemas que acarrea este trastorno del sueño no desaparecen. Según lo define la American Academy of Sleep Medicine, la hipersomnia es un trastorno del sueño que provoca que una persona padezca una somnolencia diurna excesiva a pesar de la cantidad adecuada y la calidad normal del sueño nocturno. Sin embargo, la hipersomnia es poco común y relativamente rara. De hecho, sólo afecta a un 1% de la población. Esto nos lleva a pensar que la mayoría de las personas que se hacen esta pregunta no padezcan este trastorno del sueño. Tal vez su problema se deba en mayor medida a una inadecuada higiene del sueño.
Cuales son los síntomas más notables cuando no descansas lo suficiente?
"Duermo pero no descanso" tal vez sea una afirmación muy categórica, pero está claro que quien la padece, la nota en su vida diaria. La fatiga, la falta de energía, el cansancio constante, la pérdida de concentración y sensorial, los problemas en el movimiento, la disminución de los niveles de atención y memoria, el dolor de cabeza, etc. son los primeros efectos que surgirán.
El mayor problema es que, si esta situación se alarga mucho en el tiempo, las consecuencias pueden agravarse. Es probable que aumente la presión arterial y en consecuencia, también aumente el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Toda esta serie de problemas pueden acabar influyendo en nuestra vida laboral, personal, e incluso, en nuestra propia autoestima.
Por otro lado, pueden desarrollarse una serie de problemas metabólicos a raíz de estos problemas del sueño como pesadez estomacal, sobrepeso y obesidad, así como un notable incremento del riesgo de resistencia a la insulina. Todo ello sin olvidar los efectos psicológicos como la constante irritabilidad, ansiedad, mayor tendencia a la depresión. Toda esta serie de problemas acaban influyendo, irremediablemente, a la vida laboral y personal, e incluso, a nuestra propia autoestima.
Hábitos para dormir y ahora sí, descansar
Es hora de revisar nuestros hábitos antes de irnos a dormir para eliminar aquellos que afectan negativamente a nuestro descanso. Algunas recomendaciones que podemos seguir incluyen:
- Mantener una rutina de sueño: acostarse y despertarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana.
- Crear un ambiente propicio para el sueño: mantener la habitación oscura, silenciosa y a una temperatura adecuada.
- Evitar la ingesta de cafeína, alcohol y comidas pesadas antes de dormir.
- Realizar actividad física regularmente, pero evitar hacer ejercicio intenso justo antes de acostarse.
- Desconectar de los dispositivos electrónicos al menos una hora antes de dormir.
- Practicar técnicas de relajación como la meditación o la respiración profunda antes de acostarse.
Si a pesar de seguir estos consejos no logramos descansar adecuadamente, es importante consultar con un especialista en trastornos del sueño. Ellos podrán evaluar nuestra situación y brindarnos las recomendaciones y tratamientos adecuados para mejorar nuestro descanso.
Si te preguntas qué hacer si duermes pero no descansas, te sugerimos que investigues las posibles causas de tu falta de descanso y busques soluciones adaptadas a tu situación. Puede ser útil establecer una rutina de sueño regular, crear un ambiente propicio para dormir, evitar el consumo de estimulantes antes de acostarte y practicar técnicas de relajación. Además, es importante consultar a un profesional de la salud si el problema persiste.
Si te sientes agotado mentalmente y necesitas que tu cerebro descanse, existen algunas técnicas que puedes implementar en tu rutina diaria. Una de ellas es practicar la meditación, que te ayudará a tranquilizar tu mente y a reducir el estrés. Además, es importante que te tomes descansos regulares durante el día, en los cuales puedas desconectar y relajarte. También puedes probar con actividades que te distraigan y te permitan desconectar, como leer un libro, escuchar música o hacer ejercicio. Si quieres conocer más consejos sobre cómo hacer para que el cerebro descanse, puedes visitar este enlace: como hacer para que el cerebro descanse.
Gracias por leer sobre ¿Qué pasa cuando uno duerme pero no descansa?. Espero que esta información haya sido útil y te haya ayudado a comprender mejor este tema. Si tienes alguna pregunta o comentario, no dudes en dejarlo a continuación. Estaré encantado de responder a todas tus inquietudes. ¡Hasta la próxima!
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